Con un buen comportamiento seguro, se sustentan las
distintas capacidades adquiridas a través de diferentes procesos de
aprendizaje, tanto implícitos como explícitos.
En nuestros desplazamientos dependen directamente de las
capacidades sensoriales, motrices y habilidades cognitivas, pero estas no
representan todas nuestras reacciones al volante: compartir un espacio virtual
también hace que intervengan otros factores como de índole social.
El tráfico se basa en un sistema de normas, que regulan la fluidez
de nuestras ciudades. El cumplimiento de estas normas no sólo es necesario para
la seguridad, sino que también es necesaria para la cooperación y garantiza la
convivencia. Comprender las relaciones interpersonales y los procesos de
interacción humana en general, y en particular las ideas, sentimientos y
motivaciones subyacentes al comportamiento del conductor en las situaciones de
tráfico, puede ayudar a mejorar su relación con las normas y con las demás
personas, contribuyendo de forma decisiva a la seguridad vial.
¿Por qué hay tantos conductores desconsiderados y egoístas?,
¿Por qué tanta gente conduce temerariamente poniendo en peligro nuestra
seguridad y violando el derecho que todos tenemos a ser tratados con respeto? Y
lo que es más importante, ¿Cómo podríamos convencerlos de que circulen con más
cuidado y con la debida consideración al bienestar ajeno? ¿Cómo podríamos
conseguir que todos, especialmente los conductores noveles, recién llegados, no
se vean metidos en estos hábitos antisociales de conducción?
Para más información puede visitar este enlace.
http://www.topesestacionamiento.com.mx/conos_viales.html
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